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Qué es la baja temporal de un vehículo y cómo tramitarla

La baja temporal de vehículos es un trámite que consiste en suspender de forma provisional la autorización para que un vehículo circule por la vía pública. No se trata de una baja definitiva, sino de un estado administrativo que permite al propietario detener temporalmente las obligaciones legales y fiscales relacionadas con el vehículo mientras no se usa. La baja temporal puede ser muy útil en situaciones como la de propietarios que tienen previsto no usar el coche durante una larga temporada o personas que quieren arreglar un vehículo sin pagar impuestos mientras está parado y evitar que se generen gastos.

Muchos propietarios desconocen esta posibilidad, regulada por la DGT. La baja temporal ofrece una solución flexible y legal para suspender el uso de un vehículo sin darlo de baja definitiva. Por eso, es importante conocer bien en qué casos se recomienda solicitarla, cómo se gestiona y cuáles son sus efectos para evitar problemas con Hacienda, el Ayuntamiento o la ITV.

Cuándo pedir la baja temporal y qué ventajas ofrece

Una de las situaciones más comunes para pedir la baja temporal es cuando el propietario no va a utilizar el vehículo durante un tiempo prolongado y no quiere pagar el impuesto de circulación municipal ni el seguro obligatorio. Esto puede suceder con un coche clásico que solo se saca en determinadas épocas del año o cuando alguien se traslada a otro país y deja su vehículo parado.

Otro caso frecuente es cuando el coche necesita reparaciones de larga duración y no se va a usar en la vía pública durante meses. Al tramitar la baja temporal, se evita pagar el impuesto municipal de circulación (IVTM) y se tiene la garantía de que el vehículo no está obligado a tener la ITV en vigor ni el seguro activo mientras permanezca en ese estado. Hay quienes recurren a este trámite para protegerse en caso de robo, embargo o disputa legal, ya que la baja temporal puede impedir que se transfiera la titularidad del vehículo o que se generen nuevas obligaciones fiscales mientras se resuelve la situación.

La baja temporal puede servir como medida intermedia antes de dar de baja definitiva un coche que no se utiliza. Algunas personas la utilizan para ganar tiempo cuando quieren vender piezas antes de enviar el vehículo al desguace o cuando no tienen claro si repararlo o no en caso de avería. Es importante entender que mientras un vehículo esté de baja temporal no puede circular ni aparcar en la vía pública. Debe estar guardado en una propiedad privada, garaje o almacén.

Requisitos, documentación y coste del trámite

Solicitar la baja temporal de un vehículo es un procedimiento sencillo, pero hay que tener claro qué pasos seguir para no alargarlo innecesariamente. La baja se puede pedir en cualquier Jefatura Provincial de Tráfico o, en muchos casos, a través de la sede electrónica de la DGT siempre que se cuente con certificado digital o sistema Cl@ve.

El propietario del vehículo o su representante debe presentar el impreso oficial de solicitud de baja temporal, que se puede descargar en la web de la DGT. Hay que acreditar la identidad con el DNI, NIE o pasaporte, y presentar el permiso de circulación original y la tarjeta de ITV. Si no se dispone del permiso de circulación, por robo o extravío, se debe aportar una declaración responsable que lo justifique.

En algunos casos, como cuando la baja se tramita por robo, es necesario presentar la denuncia ante la Policía o Guardia Civil. Este tipo de baja tiene un tratamiento especial y, de hecho, exime de pagar la tasa de Tráfico.

El trámite de baja temporal tiene un coste que se actualiza periódicamente. La tasa general es de  8,67 euros, exenta de pago en caso de robo. El pago se puede hacer con tarjeta o mediante autoliquidación bancaria. Una vez realizada la gestión, se entrega un justificante de la baja temporal que debe guardarse junto con el resto de la documentación del vehículo.

La baja temporal tiene una validez limitada. Desde mayo de 2021 la duración máxima es de un año. Transcurrido este plazo, el propietario puede solicitar la prórroga por otro año si sigue sin intención de volver a utilizar el vehículo. Si no se solicita la prórroga ni se reactiva el alta, la DGT puede reactivar de oficio la situación activa del vehículo, con lo que se reanudarían las obligaciones fiscales y de seguro.

Efectos de la baja temporal: impuestos, ITV y seguro

Una de las principales ventajas de la baja temporal es que permite suspender la obligación de pagar el impuesto municipal de circulación. Los ayuntamientos aplican normas específicas sobre este tributo, por lo que conviene notificar la baja en el padrón de vehículos del municipio. De esta forma se evita que se sigan emitiendo recibos del impuesto mientras el coche no está autorizado para circular.

Mientras el vehículo esté de baja temporal no está obligado a tener la inspección técnica en vigor. Esto es una ventaja si el coche tiene defectos graves o si no va a ser utilizado durante una larga temporada. Antes de solicitar el alta de nuevo, es necesario pasar la ITV y obtener un resultado favorable. Por tanto, si el coche llevaba mucho tiempo parado, conviene revisar que esté en condiciones de superar la inspección.

Respecto al seguro obligatorio de responsabilidad civil, no es necesario mientras el vehículo está de baja temporal, ya que no puede circular. Sin embargo, hay que ser consciente de que, si el coche sufre daños mientras está guardado —por ejemplo, un incendio en el garaje o robo de piezas—, no estará cubierto. Algunas pólizas ofrecen la posibilidad de suspender temporalmente las coberturas de circulación y mantener las de incendio o robo, por lo que es recomendable hablar con la compañía aseguradora antes de tomar una decisión.

Un error muy común es pensar que, porque el vehículo está de baja temporal, se puede dejar estacionado en la calle o en zonas públicas. Esto está completamente prohibido. Si un coche dado de baja temporal es localizado aparcado en la vía pública, puede ser sancionado y retirado por las autoridades municipales. El propietario debe tenerlo en un espacio privado, como un garaje o un almacén.

Cómo volver a dar de alta el vehículo y qué tener en cuenta

Si decides volver a usar el vehículo, deberás solicitar la reactivación, es decir, dar de alta el vehículo de nuevo. Para hacerlo tienes que acudir a la Jefatura de Tráfico o realizar la gestión online, aportando la documentación del vehículo y pagando la tasa correspondiente, salvo que la baja fuera por robo y se recupere el vehículo. En ese caso, la rehabilitación suele ser gratuita.

Antes de solicitar el alta deberás pasar la ITV en caso de que estuviera caducada. También deberás reactivar la póliza de seguro obligatorio para poder circular. Una vez completado el trámite, la DGT actualizará la situación administrativa del vehículo y este volverá a tener autorización para circular normalmente.

La posibilidad de prorrogar la baja o dar de alta el vehículo cuando se necesite hace que este trámite sea muy flexible. Algunas personas optan por mantener la baja durante varios años, renovándola anualmente para evitar gastos innecesarios mientras no necesitan el coche. Sin embargo, conviene estar atento a los plazos y no dejar que la baja caduque sin solicitar la prórroga, ya que puede generar obligaciones imprevistas de impuestos o seguros.

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